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jueves, 4 de mayo de 2023

Así me aproximo a la Resurrección por Waldo Gerardo Fernández

 

Así me aproximo a la Resurrección

Lo hemos leído y escuchado muchas veces: el viernes por la tarde Jesús muere en la cruz y es sepultado. El domingo al alba, unas 36 horas después, despierta del sueño de la muerte y sale vivo del sepulcro, camina, habla, enciende el fuego y asa el pescado, se deja tocar, parte el pan, come… Aparece y desaparece de repente, entra en un lugar estando las puertas cerradas y, finalmente, asciende al cielo…

La ciencia y la experiencia nos dicen que nuestro cerebro se vuelve irrecuperable después de unos minutos sin oxígeno. No hay vida sin procesos bioquímicos y éstos se acaban con la muerte. Cuando el corazón deja de latir y de enviar sangre oxigenada hacia el cerebro, dejan de funcionar los miles de millones de conexiones que gobiernan nuestro complejo organismo y ya no es posible que se reconstruyan.  Volver a la vida después de morir no es posible. La resurrección corporal de Jesús no es creíble para nuestro pensamiento moderno…

Casi ninguno de los teólogos actuales habla de la resurrección de Jesús como la revivificación de un cadáver que vuelve a la vida anterior. La resurrección no puede calificarse de hecho histórico, empírico y verificable. En los relatos sobre las apariciones se aprecian muchas contradicciones en cuanto a su número, lugares en que se produjeron, qué personas fueron testigos y en qué formas vieron a Jesús, en qué momento y durante cuánto tiempo se produjeron…Parece son relatos claramente catequéticos, surgidos unos 40 años después de que Jesús fuera crucificado.

domingo, 2 de abril de 2023

Otra Semana Santa es posible. Santiago Villamayor. 2022

 

DOLOR Y GLORIA 

Otra comprensión de la Semana Santa

Recojo en este documento una serie de siete reflexiones correspondientes a la Semana Santa que hemos pasado bajo el confinamiento. Con motivo del coronavirus no se realizaron cultos públicos. Con motivo del surgimiento de otras perspectivas o paradigmas, propongo otras consideraciones no precisamente para el año litúrgico. 

 

INTRODUCCIÓN 

Valga ese título fílmico, “Dolor y gloria”, para significar las vivencias de la tradicional Semana Santa. Para revalorizar lo que significa. La Semanas Santa es una Gran Metáfora o mito para entender la vida humana. Es la secuencia central del Misterio de la Salvación. Simboliza las experiencias más profundas de la condición humana, la incomprensión, el deseo de felicidad, el daño que nos hacemos y su restauración, el sufrimiento y la limitación. En último término la presencia del mal y de la muerte en nuestras vidas y el anhelo de infinitud y plenitud. 

domingo, 8 de abril de 2018

Pascua de Jesús y Pascua universal. José Arregui. Teólogo.

De nuevo es Pascua. Es la Pascua de Jesús, el profeta crucificado, imagen singular para los cristianos de la esperanza de todos los crucificados. Es la Pascua de la primera luna llena de primavera que tantas culturas han celebrado desde milenios antes de nuestra era cristiana: chinos, indios, sumerios, babilonios y hebreos, y los pueblos mayas de la América central que, miles de años antes de que a su tierra la llamáramos así, en el reflejo de la luna ya veían de noche el irresistible poder de la vida.
Es la Pascua de la Tierra. La Pascua del trigo y de todos los cereales: el grano muere, germina y vuelve a brotar en los campos, para convertirse en pan fraterno, pan de la eucaristía o pan de la mesa doméstica, el mismo pan sagrado para quien sabe mirar y saborear, partir y compartir. Es la Pascua de los agricultores y pastores del Neolítico, que vivían al compás de novilunios y plenilunios, solsticios y equinoccios, al ritmo de la Madre Tierra y del cosmos sin medida.
La vida revive. En cada brote de viña, en cada flor de cerezo se hace presente la energía de todo el universo, se manifiesta el fuego del Ser, la fuerza de la Vida, el misterio que llamamos Dios y que recibe otros muchos nombres y que ningún nombre puede expresar. El gorrión lleva ya su brizna en el pico al hueco del tejado, para construir su nido y criar. Hasta la tortuga de agua que tenemos en la terraza despierta ya de su letargo invernal. Uno de los dos términos griegos que los textos bíblicos cristianos conocidos como ‘Nuevo Testamento’ emplean para decir que Jesús resucitó significa literalmente eso: ‘despertar’. El otro término utilizado significa ‘levantarse’. La vida despierta y vuelve a levantarse después de la noche en todas sus formas. Es lo que confesamos los cristianos, y así lo esperamos a pesar de todo; en nuestras pobres manos llevamos esa brizna de esperanza, como la tierra el grano.
Pero más de un cristiano que haya leído los párrafos que preceden se habrán preguntado: ¿y dónde queda, entre tanta pascua la Pascua cristiana, la de Jesús? Comprendo tu perplejidad, hermano, hermana, pero déjame que te diga con la convicción y humildad de que soy capaz: No opongas la Pascua cristiana a la Pascua de la Tierra y de las demás religiones y culturas. No pienses que la Pascua de Jesús sea la única, ni siquiera la suprema, la realización perfecta de todas las pascuas. Jesús nunca lo pensó. Él vivió hasta morir, y murió hasta resucitar, como el grano, como el profeta mártir, como todos los profetas y mártires, sin etiquetas. La muerte es pascua, que en hebreo significa ‘paso’.
He dicho “no pienses que…”, pero me corrijo: acerca de todas estas cuestiones que se llaman de fe, pero donde la fe no se juega, piensa o “cree” libremente lo que más convincente y razonable te parezca, pero no te apresures a denunciar lo que digo como disolución del evangelio de Jesús. Lo universal sin forma solo se realiza en formas particulares. Así lo hizo Jesús. Hazlo así también tú. La Pascua plena está aún sin hacerse del todo. Hagamos Pascua. Hagamos revivir la llama de la vida en nosotros en las muchas sombras que nos habitan, en las muchas formas en que la muerte nos hiere.
Así lo hizo Jesús, y así resucitó. Su resurrección, como la nuestra, no tiene nada que ver –subrayo: nada– con que su sepulcro hubiese quedado vacío, con que su cuerpo muerto hubiese desaparecido de pronto ‘milagrosamente’ y luego aparecido de nuevo ‘milagrosamente’ a sus discípulas y discípulos. Su resurrección no tiene nada que ver con ningún hecho ‘milagroso’ fuera del milagro de la vida: la bondad más fuerte que la muerte. Jesús resucitó en su vida de profeta bueno, rebelde y sanador, libre y liberador. Resucitó en su compasión, su comensalía, su solidaridad con los últimos. Y por eso murió y, por eso, en su muerte resucitó, pues, como se dice en la dura y hermosa película La forma del agua, “la vida es lo que queda del naufragio de nuestros planes
Esa es la verdadera Pascua de Jesús, pero solo será verdad también en nosotros en la medida en que vivamos como él lo hizo, hasta morir de pura vida, como todas las personas que pasan la vida haciendo el bien, simplemente, como la semilla y la flor, sin mirar al fruto.
(Publicado en DEIA y en los Diarios del Grupo Noticias el 01-04-2018, Domingo de Pascua)

martes, 5 de abril de 2016

Resucitar. José Arregui. Teólogo

José Arregui1No frecuento las salas de cine, y solo por la prensa y algún tráiler conozco la película recién estrenada ‘Resucitado’. El director –no tiene poco mérito solo por haberse atrevido– vuelve a la historia de Jesús de Nazaret narrada por los Evangelios y a centrarse en la cuestión más espinosa: ¿Qué pasó con Jesús después de su terrible muerte en la cruz?
Su cadáver ha desaparecido y en Jerusalén circulan rumores de que ha vuelto a la vida. Si fuera así, sería el Mesías. Pilato, el procurador romano que lo había condenado a la terrible pena de la cruz, empieza a temer y encarga al centurión Clavius que busque el cadáver como sea, para acabar con los rumores y evitar un posible levantamiento “cristiano” o “mesiánico” (que significan lo mismo) por parte de los seguidores del profeta nazareno. Pero el cadáver no aparece, y el mismo Clavius empieza a dudar: ¿será el Mesías?
Parece que la película acierta a construir una historia que capta y sostiene el interés del espectador. No creo, sin embargo, que acierte a tratar el asunto de fondo, la resurrección, como nuestro tiempo lo demanda. A pesar de ello, la película, según cuenta Religión Digital, ha contado con el visto bueno del Vaticano y del propio Papa Francisco, y también con el del arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, que incluso ha posado con los actores.
Como cristiano que quiero ser y busco decir mi fe de manera creíble, me da pena, no por la película –que será buena si la historia, la ambientación y los actores son buenos, y parece que lo son–, sino porque constato de nuevo que la institución eclesial sigue anclada en parámetros del pasado. En parámetros que se han vuelto totalmente ajenos para nuestra sociedad en masa desde los 65 años para abajo. ¿Quieren hablar de Dios, de Jesús, de la Pascua, solo a los jubilados, y aun solo a una pequeña parte de ellos? ¿Creen realmente que el Evangelio puede ser todavía levadura y aliento para nuestra sociedad moderna del conocimiento? ¿O han desistido del todo? ¿O piensan que pueden seguir hablándonos hoy con el lenguaje de ayer? Nadie les entiende.
La institución eclesial y la teología oficial –y esta película de ahora– siguen encerrando el anuncio pascual, el mensaje de la resurrección, la buena noticia de la Vida en imágenes, conceptos, cosmovisiones del pasado: la resurrección como un hecho físico ocurrido al tercer día, la desaparición milagrosa del cadáver, la aparición igualmente milagrosa y selectiva de Jesús resucitado solo a algunos… Es como seguir diciendo que este mundo maravilloso fue creado en seis días, que el ser humano apareció en nuestro planeta por una intervención divina “especial” o que el sol gira en torno a la luna.
Es verdad que la Biblia y los evangelios lo cuentan así, pero seguir leyendo la Biblia y los evangelios de esa manera, a la letra, y empeñarnos en que la fe pascual conlleva la creencia literal en todo ese aparato imaginario y conceptual equivale a ser profundamente infieles al mensaje de la Biblia y del Evangelio.
La resurrección no sucede en nuestros parámetros de tiempo y lugar. No es temporal ni intemporal, sino transtemporal. No es espacial ni a-espacial, sino transespacial. No es histórica ni a-histórica, sino transhistórica. No la podemos imaginar, porque nuestras neuronas solo pueden imaginar 3 dimensiones. Pero la Resurrección o Dios o el Espíritu Vital no se pueden encerrar en nuestras 3 dimensiones ni en todas las otras que pudiéramos conocer o manejar.
Así pues, Jesús no resucitó “al tercer día” en Jerusalén, sino cada día de su vida, cuando respiraba el Espíritu de la Vida lleno de confianza, cuando era prójimo bueno y feliz, alentaba a los pobres a liberarse de su miseria, se enfrentaba al poder político y religioso, anunciaba y realizaba un mundo libre y fraterno, contaba parábolas consoladoras y provocadoras, curaba enfermos y les decía: “Levántate”, compartía la mesa con los excluidos de la sociedad y de la religión… Jesús resucitó en su vida, cuando vivía y hacía vivir. Por eso resucitó también en la cruz, cuando entregó del todo su aliento vital.
Lo mismo nosotros. No resucitaremos “al fin del mundo”, ni en el “valle de Josafat” o en “el otro mundo”. Como Jesús, resucitamos en cada instante de bondad creativa –por incipiente y fragmentaria que sea– de nuestra vida cotidiana. Resucitamos a la Vida cuando acogemos a los refugiados –el Viviente se nos hace presente en ellos–, y si no los acogemos nos morimos. Resucitamos a la Vida cuando resucitamos a los que mueren: está en nuestras manos. Está en nuestras manos, por ejemplo, resucitar a esos niños –2 cada día– que se ahogan en el Egeo y el Mediterráneo, y van más de 340 niños y niñas ahogadas en los últimos 6 meses en el Mediterráneo, convertido en “la fosa común más grande del mundo” (Nuria Díaz, portavoz de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado). ¿Cómo los resucitaremos? Recibiendo en nosotros, respirando hondamente su tierno, poderoso, aliento vital, y haciéndolo revivir en todos los niños y niñas amenazadas de muerte. Resucítalos y estarás resucitando.
Si tus entrañas se compadecen, si tus manos se abren, si en tu desaliento te levantas, si vuelves a confiar en el otro, si tu mirada se amplía, entonces resucitas como Jesús, como toda vida buena, como la semilla y la hoja en primavera.
Escucha en lo más hondo de ti las palabras del resucitado a María de Magdala: “¿Por qué lloras, María? ¿Por qué buscas el cadáver? ¿Por qué te aferras al pasado? No te apegues a la forma perdida. Descubre la vida, la presencia nueva. Vive”. Escucha lo que dice el misterioso caminante pascual a la pareja de Emaús: “¿Por qué volvéis atrás y camináis cabizbajos? ¿Por qué creéis en el poder de Pilato, en las mentiras europeas, en la dictadura financiera más que en el poder del Espíritu? ¿Por qué creéis en la muerte más que en la vida? Abrid vuestra mente, vuestro corazón, vuestras manos. Creed en la vida nueva. Construid un futuro nuevo. Resucitad cada día al ‘más allá’ divino que es el corazón del ‘más acá’”.
José Arregi
(Publicado en DEIA y en los Diarios del Grupo NOTICIAS el 3 de Abril de 2016)

viernes, 1 de abril de 2016

Celebración de la Vida y la Libertad: Resucitad@s.Pascua en CCP- Granada 26 de Marzo de 2016












Para entender la Resurrección: Jesús resucitó antes de morir. Fray Marcos. Para leer más http://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/7476-jesus-resucito-antes-de-morir.html

El Sábado 26 de Marzo de 2016, a las nueve de la noche en el  salón Rojo de las CCP de Granada CELEBRAMOS LA VIGILIA PASCUAL: FIESTA DE LA VIDA Y LA LIBERTAD. Además de las personas habituales nos acompañaron Rafa Briones como ya es tradicional en esta celebración, Inés de Intermón Oxfarm, destacados miembr@s de l@s San Pompilios, Eva y su familia...
Comenzamos con la liturgia de La Luz... y cantamos Somos Luz (Macaco)


La liturgia de la Palabra comenzó con el Génesis y la Creación, una lectura de Monseñor Agrela, obispo de Tánger recogiendo el grito de los inmigrantes y personas refugiadas, y el evangelio:
 "Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, " Jn 20, 1-9.
En nuestra mesa común estuvieron presentes l@s refugiad@s, inmigrantes, personas sin hogar y aquellos compromisos en los que las CCP como colectivo e individualmente están comprometidas.  Alégrense, Preocúpense, Luis Guitarra":


Algunas intervenciones expresaron ideas y sentimientos tan interesantes como estos:

¿Qué pasó en Jesús después de su muerte? Nada. Absolutamente nada. La trayectoria histórica de Jesús termina en el instante de su muerte. En ese momento pasa a otro plano en el que el tiempo no transcurre. En ese plano no puede “suceder” nada. En los apóstoles sí sucedió algo muy importante. Ellos no habían comprendido nada de lo que era Jesús, porque estaban en su falso yo, pegados a lo terreno y esperando una salvación que potenciara su ser contingente. Solo después de la muerte del Maestro, llegaron a la experiencia pascual. Descubrieron, no por razonamientos, sino por vivencia, que Jesús seguía vivo y que les comunicaba Vida. Eso es lo que intentaron transmitir a los demás, utilizando el lenguaje humano al uso, que es siempre insuficiente para expresar lo trascendente. (Fray Marcos)

Reconocernos como consciencia de ser equivale a descubrir que somos Vida, tal como el mismo Jesús había afirmado: “Yo soy la resurrección y la vida” (Jn 11,25). Más aún: en ese nivel profundo se aprecia que solo hay Vida, que se manifiesta y despliega permanentemente en infinitas formas. Todo es Vida, realidad no-dual que no conoce opuesto y que abraza todo lo existente. Dentro de ella, nacimiento y muerte son únicamente formas que adopta, sin sentirse ella afectada. Descubrir que somos Vida es la esencia de lo que llamamos “despertar”. (E. Martinez Lozano)

El Resucitado es el Crucificado: Lectura de la resurrección de Jesús desde los crucificados del mundo. Jon SOBRINO. Para leer el artículo: http://servicioskoinonia.org/relat/219.htm


Estas fueron la renovación de nuestras promesas y compromisos bautismales. Cada persona fue mojándose por la vida, que simbólicamente representamos mojando las manos en una palangana de agua y expresando ese compromiso: 

Renovación de las promesas del bautismo:
“Apuesta por la vida quien viaja, quien lee, quien oye música, quien se ama a sí mism@.
Apuesta por la vida quien sabe ser creativ@, quien se deja ayudar, quien es fiel a sus principios.  
Apuesta por la vida quien  escucha, quien conversa con respeto, quien no esconde sus emociones, quien ama su trabajo y su descanso.
Apuesta por la vida quien arriesga, quien cumple sus promesas, quien restaura cada día su corazón, quien se adentra en la espesura de sus sueños. 
Apuesta por la vida quien perdona,  quien tiene siempre una mano tendida, quien dice nosotr@s cada vez que se nombra, quien no trafica con su dignidad ni con su  libertad.                          
Apuesta por la vida quien busca su rostro en la naturaleza y en el cosmos, quien camina de frente sin que le  importe  la dirección en que sóplenlos vientos.”

Y este fué nuestro Credo:

CREDO. CCP. (S. Ildefonso)
Creemos en el Dios que nos muestra Jesús de Nazaret.
Un Dios misericordioso y solidario al que podemos llamar Padre, Madre, Amor…
Un Dios cuyo deseo es la felicidad plena del ser humano.
Un Dios que es fuerza amorosa, creadora y creativa...
Principio y motor de todo lobello y lo bueno.
Unión amorosa de todo lo que existe.
Creemos en Jesús de Nazaret, un judío marginal y heterodoxo que anunció una ética humana basada en el amor y en la justicia; que predicó con su ejemplo el plan de Dios para una humanidad plena y feliz.
Creemos que por la radicalidad y coherencia de su vida fue ejecutado por el poder político y religioso de su época.
Creemos que en la persona de Jesús de Nazaret Dios se hace humano.
Creemos que el seguimiento del mensaje de Jesús es un estilo de vida basado en el amor y la justicia para toda la humanidad.
Creemos en el Espíritu de Jesús que nos alienta y empuja en la tarea de construir una humanidad más justa y más feliz.
Creemos en la comunidad como espacio para la celebración y la experiencia común de la fe en Jesús resucitado.
Por todo ello, creemos en la Resurrección nuestra de cada día y nos sentimos agradecid@s por todo lo que consideramos que la VIDA-DIOS nos da como regalo del AMOR-DIOS QUE SOMOS, para nuestro crecimiento, felicidad y participación en su/nuestra tarea co-creadora y liberadora

¿QUÉ ES RESUCITAR...?
Puedes ampliar el video para leerlo mejor:













De la Esclavitud a la Libertad: La Pascua Judía en CCP.

Por Loli Ortiz: 
Estuve el miércoles 23 de Marzo de 2016, en el salón rojo de CCP, en la celebración de la Pascua Judía con otras 14 personas, algunas de CCP, Loli, Rafas, Pilary Malena, Paco y Carnen, grupo de S. Francisco y otras procedencias. Fue curioso y emocionante, era la pascua que celebraría Jesús (?).  Una celebración llena de símbolos de nuestra historia que conocemos bien por la Biblia. La alabanza y el reconocimiento de Dios como el salvador de su pueblo elegido está muy presente . Algunas lecturas son "tremendas" : Él, Dios, y ningún mensajero, es quien mató a los primogénitos de Egipto.... También el vino está muy presente  (5 copas) al recordar la historia y el pan ázimo y las verduras amargas y el cordero porque había que salir pronto pero había que estar alimentados.
Lo mejor, el respeto a la tradición de Jesús, la reunión de las personas con la actitud de compartir y  sentir el amor y la fuerza del Dios universal que quiere la felicidad de todo lo creado .

Por Paula:

Celebrar el Seder es hacer una recreación (bastante adaptada y reducida) de lo que debió de celebrar Jesús con sus discípulos en esa última cena que los cristianos recordamos el Jueves Santo. Entender el rito judío y su significado nos ayuda a entender qué significaba para él, con una profundidad mucho mayor. Qué significaba en el Seder (fiesta de la liberación y renovación de la Alianza con Dios) el partir el pan, por qué era ázimo, por qué bendijo el vino al terminar la cena y no antes o durante ella, por qué decide despedirse en esta fiesta y no en otra situación... No podemos saber con certeza cómo fueron los detalles, pero podemos saber qué nos quisieron transmitir por escrito en este relato tan cargado de simbolismos judíos. 
El guión de este Seder (inspirado en el rito de la época, no el actual) está tomado del que hacían hace unos 40 años en la parroquia de las Delicias de Madrid, más tarde ampliado y revisado por José Cobo, sacerdote cristiano especialista en judaísmo, en la parroquia San Alfonso en Aluche (también en Madrid), readaptado y simplificado para esta ocasión en CCP de Granada; por lo que la fiabilidad es relativa, pero bastante aceptable. Aún así está preparado para tomar lo que a los cristianos más significativo nos pueda resultar, lo que más nos pueda ayudar a entender ese momento de la historia de Jesús.
Como mera curiosidad quiero añadir que en los Evangelios hay contradicciones cronológicas, se ve muy claramente en el de Juan (18, 28, por ejemplo), Jesús ya ha celebrado la Pascua y las ofrendas aún están en el pretorio. También se dice que Jesús muere mientras están sacrificando el cordero... Parece ser que los sacerdotes se habían apropiado del sacrificio del cordero, obligando a las familias a comprárselo habiendo realizado ellos el ritual "según los preceptos" (aunque en el Éxodo 12 mandaba hacerlo en comunidad, cada familia su cordero), y algunos judíos, en protesta, celebraban la Pascua un día antes. Pues bien, hay una teoría que dice que Jesús era uno de esos judíos (no sería sorprendente). Es muy posible que la contradicción cronológica sólo sea un simbolismo pero... ¿Y si esa teoría resultase verdad, y la Eucaristía es recuerdo, además, de una protesta contra el negocio religioso? Conocer los símbolos es entender el mensaje.